Relatos Salvajes (2014)

Creo que debo haber sido una de las últimas personas que conozco en ver esta película argentina que dio tanto de que hablar. Así que cuando me dispuse a verla, contaba con un bagaje muy grande de opiniones de personas cuyos gustos respeto, otras que no, y un sinfín de otros comentarios que leí por las redes. Cuando uno recibe tanto feedback de algo así, es difícil no crear algún tipo de expectativa, pero la diversidad de los comentarios que escuchaba me desconcertaban. Pensé que me iba a parecer que estaba sobrevalorada por algunos, que me iba a resultar un tanto pretenciosa y por otro lado, que no le iba a encontrar tanto humor como otros. Afortunadamente, no me sucedió ninguna de esas tres cosas: me parece que merece todo los halagos que recibe, que no es pretenciosa sino inventiva, fresca y original, y me resultó extremadamente graciosa: es más, yo no soy mucho de las comedias y es muy difícil encontrar algo que me haga reír en voz alta, y esta lo logro muchas veces. Un éxito rotundo.

Como ya muchos deben saber, la película consiste de 6 cortos que no tienen conexión narrativa, pero sí más de un vínculo temático. Las 6 historias están embebidas del humor más negro y lidian con temas de venganza, pérdida de control, y mucha, mucha rabia. Comienza con «Pasternak», donde un grupo de pasajeros en un avión comienza a darse cuenta de que todos son conocidos del hombre del título en cuestión, y por tanto, víctimas de un maligno plan de venganza. Probablemente el más corto de los cortos, y también uno de los más graciosos. A esto le siguen otras 5 diversas historias, que en resumidas cuentas tratan de: dos hombres enfrentados en un «quién puede más» en medio de una ruta desierta en el norte argentino; un jardinero que aceptará la culpa de un accidente ocasionado por un muchacho de familia adinerada; una mesera y cocinera discuten sobre la venganza contra el único comensal en un restaurante aislado y súper yanqui; un ingeniero harto de la burocracia estatal, de ser pisoteado, y en particular, de que le remolquen el auto, de repente ya no puede aguantar más y una boda en la cual salen los trapos sucios de los novios y desciende en el más puro descontrol. En fin, como verán, hay para todos los gustos.

relatos salvajes

El escritor/director Damián Szifrón, el hombre detrás de la genial serie argentina Los simuladores, no escatimó en nada. La producción es estelar, con una fotografía muy cuidada y con una mirada descontracturada e inusual, contribuyendo enormemente a la atmósfera de bizarreada que pulula en la película. Los efectos visuales y el arte no tienen nada que envidiarla a las producciones hollywoodenses, y la banda sonora es una buena combinación entre piezas pop y kitsch y las composiciones originales de Santaolalla, que a menudo remiten a las tonadas clásicas de los spaghetti westerns. Además, cuenta con un excelente elenco, incluyendo al omnipresente Ricardo Darín, que protagoniza el corto «Bombita» (el del ingeniero), a Leonardo Sbaraglia (uno de los protagonistas -el pibito engreído de clase alta- de «El más fuerte»), Oscar Martínez como el padre del muchacho del accidente (en una de mis actuaciones favoritas de la película, por momentos empático y por otros hilarantes) y Érica Rivas como la novia en el último corto, una actuación demente, exagerada y fantástica.

No es de extrañar que entre los productores del filme encontremos a los hermanos Almodóvar, porque el filme transpira almodovarismos por todos lados, desde su sentido del humor negrísimo hasta las actuaciones llevadas a los extremos, las resoluciones macabras, el melodrama y la jocosidad general. Pero además de presentarnos con una buena dosis de humor, Relatos Salvajes presenta otras temáticas interesantes. El juego de clases en un aspecto recurrente en los cortos, los antagonismos muchas veces se dan entre personas de clase alta y otros más humildes, entre instituciones como el gobierno y el matrimonio, y la persona individual. Con estas temáticas hirviendo bajo la superficie, las imágenes que se nos presentan son violentas y gráficas; muchos de los cuentos siguen las fórmulas de los estereotípicos thrillers, introduciendo símbolos presagiosos, red herrings y vueltas de tuerca. Los cortos son de una edición precisa y una fluidez extraña: así como sus personajes, explotan a tiempos y destiempos y desconciertan y chocan, siendo a un mismo tiempo previsible e imprevisibles, lo que genera una atmósfera de suspenso y tensión deliciosa.

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A menudo Relatos Salvajes se siente como la realización de una fantasía, otras veces nos pueden parecer casos extremos de justicia poética, y otros tantas quizás nos resulten un poco demasiado. Pero lo interesante de estas 6 historias es que tras toda esa pérdida de control sin remordimientos, yace una fuerte convicción de rebelión. Un sentimiento subversivo, un «yo no tengo por qué tolerar esto», y aunque las resoluciones sean violentas, fuertes, quizás poco deseables bajo la consideración de una mente fría, son manifestaciones de personalidades que ya están hartas de pavadas, y hay algo hermoso e inspirador en todo esto. Hay cortos más efectivos que otros, y leves momentos en que la película parece perder un poco de momentum, pero la mayor parte es un viaje en extremo divertido y muy inteligente, que desde que comienza hasta que termina, explota, explota, y vuelve a explotar, de ira, de rabia, de enojo, de todo.

Veredicto: 8/10

IMDb: http://www.imdb.com/title/tt3011894/

4 comentarios en “Relatos Salvajes (2014)

  1. Yo tampoco la ví corriendo en cines, es más llevaba ya unos meses (bastantes) en formato físico cuando me decidí a verla, me la compré en un 2×1 con ‘La isla mínima’ y me puse. Me encantó, me reí de lo lindo, los cortometrajes son muy buenos, unos mejores que otros sí, pero todos en común son de notaza, como la que le has dado.

    Un saludo

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